Christian McManus: Evolución. La obra, que lo trae nuevamente a Chile desde su última exposición en la Corporación Cultural de Las Condes en 2006, consiste en una serie de retratos frontales de grandes dimensiones, música incidental -especialmente compuesta para la muestra por el joven músico francés Samuel Stern, el video Nubes que se proyecta desde el centro hacia el techo –bóveda- de la sala y un segundo video que exhibe rostros intervenidos con la técnica del morphing.
Con un marcado acento simbólico –aunque no por ello insondable-, Evolución "Nos remite a una esfera de la condición humana honesta y profunda donde las imágenes se asemejan al silencio e incitan al espectador a identificarse con una esfera del Ser", señala la historiadora de arte Carmen Muñoz Hurtado.
El registro de los retratos se realizó en formato Polaroid con personas comunes y de distintas edades que habitan el entorno del artista y que exhibieron ante la cámara su rostro, cuello y hombros desnudos. La propuesta plástica apunta a generar en la sala un ambiente multisensorial que integra imagen, sonido y movimiento, proponiendo una tensión entre lo diverso y lo homogéneo, lo estático y lo dinámico, lo cambiante y lo constante, la luz y la oscuridad, el ser y la apariencia. No es extraño que McManus renuncie a la representación del cuerpo -infinitamente vulnerado- para restituir, lo que el pensador Luis Oyarzun, llama la existencia primordial.
McManus representa a las personas en su estado puro, en una desnudez sugerida, despojadas de todo signo cultural externo, sin más ropaje que las expresiones de sus rostros, las pieles y sus propios rasgos. "Sus retratos, como captura objetiva de lo real, nos conducen, mediante la aglomeración y la unificación de rostros así como también por el aislamiento y la desnudez, a la simpleza y a la grandeza propia a la especie humana. Cada individuo nos mira tratando de descubrirnos en nuestra propia desnudez", comenta María del Rosario Echeverri, Doctorante en Estética del Arte, París I, Panteón-Sorbona.
Para el director del MAC, Francisco Brugnoli, estos retratos se vinculan con la dimensión efímera de la memoria. "Al ser fotografías de impresión instantánea, que se deteriora y no posee negativo, McManus alude a la pérdida de memoria, sólo rescatable gracias a una digitalización antes de la muerte de la fotografía que nunca igualará al original", comenta.
Por su parte, la serie Nubes, desarrollada paralelamente, brinda nuevas versiones de la transmutación, esta vez ofreciendo unas vistas del cielo bajo el cual se vive y donde la luminosidad varía dramáticamente dependiendo de la ubicación geográfica ocupada por el artista respecto de la bóveda celeste./www.mac.uchile.cl
Con un marcado acento simbólico –aunque no por ello insondable-, Evolución "Nos remite a una esfera de la condición humana honesta y profunda donde las imágenes se asemejan al silencio e incitan al espectador a identificarse con una esfera del Ser", señala la historiadora de arte Carmen Muñoz Hurtado.
El registro de los retratos se realizó en formato Polaroid con personas comunes y de distintas edades que habitan el entorno del artista y que exhibieron ante la cámara su rostro, cuello y hombros desnudos. La propuesta plástica apunta a generar en la sala un ambiente multisensorial que integra imagen, sonido y movimiento, proponiendo una tensión entre lo diverso y lo homogéneo, lo estático y lo dinámico, lo cambiante y lo constante, la luz y la oscuridad, el ser y la apariencia. No es extraño que McManus renuncie a la representación del cuerpo -infinitamente vulnerado- para restituir, lo que el pensador Luis Oyarzun, llama la existencia primordial.
McManus representa a las personas en su estado puro, en una desnudez sugerida, despojadas de todo signo cultural externo, sin más ropaje que las expresiones de sus rostros, las pieles y sus propios rasgos. "Sus retratos, como captura objetiva de lo real, nos conducen, mediante la aglomeración y la unificación de rostros así como también por el aislamiento y la desnudez, a la simpleza y a la grandeza propia a la especie humana. Cada individuo nos mira tratando de descubrirnos en nuestra propia desnudez", comenta María del Rosario Echeverri, Doctorante en Estética del Arte, París I, Panteón-Sorbona.
Para el director del MAC, Francisco Brugnoli, estos retratos se vinculan con la dimensión efímera de la memoria. "Al ser fotografías de impresión instantánea, que se deteriora y no posee negativo, McManus alude a la pérdida de memoria, sólo rescatable gracias a una digitalización antes de la muerte de la fotografía que nunca igualará al original", comenta.
Por su parte, la serie Nubes, desarrollada paralelamente, brinda nuevas versiones de la transmutación, esta vez ofreciendo unas vistas del cielo bajo el cual se vive y donde la luminosidad varía dramáticamente dependiendo de la ubicación geográfica ocupada por el artista respecto de la bóveda celeste./www.mac.uchile.cl
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